El abuso físico en un menor son las golpes o moretones en diferentes partes del cuerpo; las quemaduras; las fracturas de nariz o mandíbula, o en espiral de los huesos largos; las torceduras; las heridas o raspaduras en la cara.
Todo esto se convierte en un factor en el maltrato infantil; ya que por medio de la edad se pueden descifrar los niveles de experiencia, madurez y sobre todo de malicia del agresor
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